BLASFEMO
LA FRASE DEL DÍA:SEAMOS FELICES La virtud del ateo - Deberías saber por qué ?

lunes, 28 de septiembre de 2009

TECNO-HUMANIZACIÓN (OPINIÓN)



Soy muy poco de hablar de tecnología, pero en este caso haré una pregorrativa o una excepción. Empezaré diciendo que la tecnología llegó a mi vida (y a la de muchas personas) de una manera tan veloz, que ni siquiera tuve tiempo para ponerme a pensar en cuán dependiente ahora me he vuelto. Veo que a muchos nos impacta el real valor de una manera de sobresatisfacer las necesidades. Lo digo así porque sencillamente podríamos vivir como en tiempos medievales. Cuando la gamonalidad y el feudalismo se instaba dentro de un régimen social. Aún estamos a tiempo de no cambiar mucho.


La tecnología es una circulina de conocimientos que se adaptan a la construcción de un objeto o máquinas que permitan saciar o dosificar nuestras necesidades. Así lo indica el concepto en concreto.Claro, yo tengo una forma distinta de verlo. Y pienso que la tecnología es un concepto que puede ser bueno, pero que también puede ser malo. No soy quien para decir si es bueno o malo, pero me gusta argumentar el porqué.
En el siglo XVIII se hizo más conocida la tecnología. Antes solo se ubicaba en pequeños suburbios, y hasta resultó casi oculto. Se construyeron fábricas, se reemplazó la mano del hombre por máquinas, pero aún así era una revolución que jamás podremos sacar de los libros de historia... y también de la boca de los profesores ¿no es así?

Ok (Bueno), con tal supremacía en la que iba tomando vuelo, la tecnología siempre estuvo presente antes y después de que se aprehendiera en esta orda mundial.

Hablar de tecnología puede resultar agotador, y hay puntos de vista que llegan a una sola conclusión:"La tecnología nos favorece". No sé si debiera decir que sí, pero si digo no... me dirán que estoy loco. Bueno, digo que no nos favorece. No del todo, claro.
La tecnología nos junta, nos separa, nos divide más, no hace sedentarios, nos hace idiotas. Que no se ofendan con lo de idiota, pues es derivada del griego idiōtēs, que no es más que aquella persona egoísta que no se preocupa de los asuntos públicos. Es así como la tecnología nos erige el camino; y digo erigir porque nuestro camino ya no es horizontal, ahora crece con concreto y fierros. Eso hace la tecnología: reducirnos los espacios y hacernos vivir en un rascacielos.

Pero, no es tan mal la tecnología, y aún creo que nos ayuda, pero sigue teniendo esa arista que jode. No todo bueno va ser puro, siempre hay algo de malo. O sino pensaríamos que si hacemos una cosa bien, también hacemos algo mal. En fin, la tecnología se presta para jugar un poco con ella. No habla ni siente, solo nos hace la vida "útil".
Antes, y hablo de los años de Da Vinci, había una alta y categórica tecnología, y qué tecnología. Por algo no es considerado un sabio. Caray, ahora los sabios ya se están extinguiendo. Todo eso por culpa de la famosa tecnología. Antes habían más necesidades, hoy solo hay deseos. Deseos que nacen de las necesidades, o que necesitan de ellas para ser deseos.

No estoy en contra de la tecnología, pues sin ella no estaría escribiendo en este blog, sin ella no me comunicaría con las diferentes personas del mundo, sin ella no tendría con quien hablar cuando no estoy en mi país. Ahora, esa vitalidad que te despierta la tecnología es un pozo profundo de agua. Quizás lo que saques no es precisamente agua, capaz es barro. No obstante, también nos separa, no controla, nos hace dependientes, nos hace menos humanos. Ya no podemos ir a correr sin nuestro Ipod Schuffle. Cuando vamos a una biblioteca, solo acudimos a una computadora que nos dice toooodo lo que hay ¿dónde está el espíritu de buscar, de quedarte horas tratando de encontrar lo que buscas? Todo eso se perdió. No cuestiono que no sea más fácil, pero ahí cae el problema: en lo fácil. Y cuando el ser humano se acostumbra a lo rápido y fácil deja de razonar menos, ya no calcular, todo es fácil y nos convierte en sedentarios.

En conclusión, la tecnología nos hace menos humanos, pero también nos ayuda. Y hay un punto que perdemos: la humanidad. No toda, obvio, pero sí perdemos algo de esa esencia.
Ahora que leo el diario, y con relación a Perú, veo que ya somos más limeños quienes tenemos más servicios de Internet. Eso me suena bien, pero también me preocupa. Es que es así: por un lado tranquilo, pues ya sabes que la gente se va a comunicar; por otro, solo ves a ventanas frías abiertas dentro de una pantalla que solo transmite códigos. Leía también hace poquito un "artículo informativo" y una entrevista más que nada. Debo criticar a los blogger del diario La República, en especial a uno: el nombre del blog es "Paranoia mundial". Lo único paranoico es lo que escribe, aunque sus palabras me suenan a "copiar-pegar". No hay análisis. No hay ese sentido que un analista deba tener. Pues que necesitamos jóvenes que se presten a analizar las cosas de nuestra realidad y del mundo. Ya muchos viejos hacen eso (y con el respeto que se merecen) creo que hace falta que muchos chiquillos salgamos en busca de ese sitio que haga sentir nuestra voz.
Bueno, a lo que les iba a referir es a lo que leí en esta entrevista,y más que nada para tratar de entender mejor cuál puede ser la mejor utilidad que se le puede dar a las nuevas tecnologías.
El entrevistado, Óscar Morales, autor del movimiento por Facebook "Un millón de voces contra las FARC"es quien ahora está en nuestra capital para contarnos de qué se trata este foro contra el terrorismo y otras cosas. Este experto colombiano creó, espontáneamente, esta fundación virtual, que albergó,primero, a 300 amigos de su propia cuenta, luego ya iban teniendo más acogida. Ahora tienen 437 mil usuarios. Miren eso. Y dicen que no se puede reunir a tanta gente para hablar de cosas que nos involucren.La gente quiere participar. Leer esto me resultó muy agradable. Aunque, creo que esperaba más que una entrevista: el pichón del "columnista" solo se limitó a colgar el texto, con solo un pequeño prólogo.
Vean lo importante que es la tecnología para algunos, pero miren lo menos importante que es para varios. En la sierra de nuestro país, la tecnología no se presenta con tal magnitud, pero viven de una manera, quizás no tan bien económicamente, pero sí con el encontrarse lleno de valles y ríos. Y se autoabastecen sin necesidad de tener una fábrica que les brinde lo necesario. Bueno, no hablo de todos los poblados, pues es obvio que allá se vende enlatados, productos ya no tan naturales, pero aún así no se pierde la esencia.
No sé si habrá en mucho tiempo otro cambio como el que se dio en estas décadas. Ojalá y sea para hacernos menos dependientes. Ya sabemos que si antes dependíamos de una vaca, ahora dependemos de una fábrica lechera. Cosas que nos da la tecnología.
La cuestión está dada: la tecnología es una necesidad y la reducción de la humanidad.

Hasta más vernos


domingo, 20 de septiembre de 2009

Una hora para escribir nada (Opus Dei)


9:02.Este el tiempo de inicio, pues tengo una hora para escribir, y todo esto parece una carrera atlética. Pero a diferencia de los muchos que escribimos en un blog, es común tomarse un tiempito para pensar en qué vamos a escribir. Utilizamos ese tiempito para verificar datos, si es que vamos a escribir sobre política, cultura, música, o si es que realmente deseamos escribir sin fijarnos en el tiempo.

Ayer recibía un correo, un vacío y casi incontemplable desdén de palabras sin sentidos. Pues en la líneas me sugerían que no escriba sobre los del Opus Dei. Y como ese correo, me han llegado muchos más, que para ser sincero, no les tomé ninguna importancia. A la hora de contestar el correo, pues le hago alusión de que aún no escribo sobre el Opus Dei. Sería absurdo no hablar de una de las sectas palidecientas (porque para mí representan eso) que se hacen cantinfloras de la banalidad. Y solo quedan colgadas en aquel soldado que intuye a la salvación como un practicante de fe.

Hablar del Opus Dei no es hablar de razón. No es siquiera la mínima parte del regocijante placer de escribir sobre una ejemplización de ser humano, con razón y sentimientos. El Opus Dei es una panacea utópica. Una tirria sombra de lúgubres santificados demonios. Una postulación de lo imperfecto. Una piña perdida en un desierto. Pero, a pesar de todo ello, los trato de entender.


Hace poco le comentaba a una compañera de mi salón, muy rápidamente, que había ido a reuniones de Opusianos. Le conté que estoy peleado con la Iglesia Católica, que me parece inconcebible que éstos se pongan sotanas para parecer monje, y que luego se coloquen cuernos y parezcan un belcebú. Es totalmente confuso. Pues respeto a todos los creyentes, a los ateos que no parezcan creer, a los musulmanes que jodan por que sí, a los judíos que siguen con mismo lamento. Y no me parece que todo eso lo lleven al mundo terrenal, a la razón. ¿Me entienden?


Sé que puedo resultar un fastidioso, un jodido, un muchacho lleno de amargura. Bien, no soy el más indicado para hablarles de lo que de por sí no tiene razón ni causa; pero saco del tintero una idea que me parece ultrarazonable: En el mundo puede haber algo más que creer, que practicar, que someter. Puede tener algo que nos haga sentir dentro de un lazo que no se vaya mucho a la estratósfera, que no sea descabellado.


No obstante ante lo dicho, respeto a los del Opus Dei, tengo amigos que pertencen a esa secta, tengo amigos judíos, como se lo comenté a mi china compañera, como se los comento a ustedes.

Me divierto mucho cuando hablo con un muchacho que se integra en la tertulia. Muy aparte de delimitar mi posición, me gusta más escucharlos. Y muchos me preguntan:¿Pero si tanto no compartes la misma idea, qué haces acudiendo a las reuniones?Bien, yo les respondo con una pregunta: ¿Acaso los grandes debates se realizan cuando todos tienen la misma posición, acaso se aprende menos ahí que en reuniones donde casi todos son de la misma idea? Pues siempre debemos involucrarnos con personas que no compartan del todo nuestra postura. En lo particular, a mí me encanta joder pero con una razón loable. No iré a las reuniones a interrumpir y decir esto no es así, sino que armo las minitertulias a las afueras, en un café.


Entonces, y como me quedan 15 minutos, pienso en que no debo ser flexible con temas acerca de lo que representa Dios. Pues Dios es un concepto, quizás, creado por el hombre. No soy ateo, pero pienso que debemos ser más consecuentes con nuestra realidad. Los del Opus Dei no lo son. Solo viven pensando en el paraíso, en "la fruta que nos mandó a la perdición", en la perfección, en el vino y en el pan, que dicho sea de paso, son muy fervientes con el vino (ja,ja,ja). Eso representa un poquito de lo que es el Opus Dei. He sido muy condecendiente al no hablar mucho mucho de lo que es la pepa opusiana;sin embargo, traté de retratar una tirita de este rosario de catetos.


No publicaré el texto que me mandaron porque no le veo mínima importancia, porque es simplemente basura. Aún sigo pensando que la Iglesia Católica es una mierda vestida de cordero, aún sigo pensando que el Opus Dei es una cantinflora de la "deidad", de lo divino. Es la cojonuda de los pensamientos, como también me resulta soportar a las milicias de Maoma o de cualquier puchechero que encuentre en los libros de "Religión".


Cinco minutos me separan de salir de este espacio, pero quiero aclararles la razón del porqué una hora. Simple, a los del Opus Dei no es les puede dar más tiempo, no! Ese es el motivo por el cual hablo en el límite. Claro, es una mofa con su ilimitado pensamiento paradisiaco, pues no le pensaba dar más tiempo a una "secterilla". Y cada vez que hable del Opus Dei utilizaré los mismo minutos. Bueno, se acabó el tiempo... Qué pena!


hasta más vernos


PD: Hoy leí un reportaje en El País sobre el doctor muerte; sí, aquel que mataba a sus pacientes con inyecciones al corazón. De eso hablaré en el próximo post. No recomendado para los del Opus Dei (ja,ja,ja,ja)

domingo, 13 de septiembre de 2009

Muchachos que nunca vi

Creí que nunca escribiría acerca de extraños momentos que se puede pasar en 5 años colegiales.No creí encerrarlos en una columna de un blog trotamundos.Pues, y si me falta por agregar, no parece ser fácil relatar acerca de vivencias que difícilmente se pueden borrar del chip, ese chip que utiliza la rebobinada de un cassette musical.
Han pasado más de 9 años. Todos ellos con un matiz de desenfreno ingenuo, inseguro, con dudas amortiguadas por la sensación a creer en que la amistad podía ser para siempre. Y habrán a quienes no podré olvidar así de fácil. Porque en la fragilidad memorial no es seguro apartar a dos muchachos (muy ambiguos ellos) que tuvieron una unión y desunión paralela.
Fue en el colegio en que los conocí.Fueron esos instantes de los que nunca se alejan así estén lejos.
Era el primer día de clases del 2003; un día soleado e incólume: sobre él se posaba las sombras de muchachos deshinibidos, pero que a la vez mostraban la clemencia de un lunes 14 de abril.La entrada exacta era a la una de la tarde. Era un horario desaforado, poco expectante, pues éramos de los que creía en la chacota como miembro de nuestro grupo de ingenuos practicantes de la errónea manera de ver al colegio. Nunca fuimos los mejores, pero tampoco los peores. Éramos unas ladillas, unas "ratas" que querían divertirse un poco. Los colegiales siempre nos hemos portado de esa manera, pues nadie nos podía reclamar actitudes dentro de nuestra etapa pubertana.
En ese año fue donde nos preguntábamos acerca de los gustos con sabor a experiencia. Una no tan conocida forma de experimentar. Era entendible que nadie nos entienda.Sólo éramos chiquillos en busca de conocimientos. Las clases la impartían profesores ,que con el debido respeto,solo buscaban refugiarse en los años para acceder a una jubilación. A pocos les importaba si aprendimos, a pocos les importa si sabemos. Tengo entendido, ahora, que nunca se preocuparon por nosotros, y que, las "clases" de displicencia y relajo mental, solo eran las primeras líneas de un equivocado sistema de no desarrollo. Y fue acertada una aclaración que hizo un profesor de inglés: "no porque se sienten en los pupitres es que ya están aprendiendo". Era una frase para nunca olvidar, para no dejar pasar. Pues, en lo que nos restaba del tiempo, la pasábamos entre juegos tecnológicos que se asomaban en nuestros ojos. Particularmente, los juegos, como vicios, me resultaban efímeros, aunque tendía a tomarlos en serio. Aquellos dos muchachos que conocí, que se hicieron mis "amigos" pues no lo vieron de manera diferente. Estuvimos en toda esa orbe de chiquillo curioso. Estudiábamos para los exámenes: con un mando en la mano y otro con el lapicero. En el 2003 cursábamos el 3 año de secundaria. En los dos años pasaderos la pasamos en el umbral de olvidar nuestros años de niños traviesos, para así poder pasar a ser puber curiosos.
Esos dos muchachos eran lo máximo, y no sé si lo siguen siendo.Uno se dedicaba a entrenarse con un libro de matemática que yo le prestaba;un libro al que ya no veo seguido, y del que creo ya lo olvidé como los demás libros que nunca apliqué. Le prestaba con la promesa de que me enseñara, pues tengo que aceptar que no soy bueno para resolver problemas numéricos,pero sí para buscar oportunidades. Se llamaba y se llama Quinto Chamorro. Aún lo tengo en la casilla de las promesas no cumplidas. Fue, quizás, un engaña muchachos, un capta ingenuos, para así lograr saber y olvidarse de quien lo apoyó. Pero no fui un vengativo, y a pesar de la ingenuidad, creo que hice bien. Eso me enseñó a compartir cosas sin esperar nada a cambio de la misma persona.
Puede sonar curioso mencionarlo, pero hasta estos momentos sigo ayudando sin que nadie me devuelva un favor.
Cuando Quinto pasó a ser mi amigo momentáneo, creí que creceríamos juntos, como los buenos árboles selváticos.Sin embargo, las cosas no pasaron así, pues el destino nos cruzó una mala pasada: su cambio me cambió a mí también. Cambió para volverse en un pedante matemático, un monolito con libro, un gigante con techo de enano. Eso fue Quinto: un aborrecible pedante.
No obstante, ahora puedo entender ese egocentrismo; ahora puedo entender su manera de comportarse con los que pregonaban ser sus sinceros amigos.
ÉL entró al colegio cuando recién vino de la parte sierra del Perú. Muy característico: con una peinada inglesa (raya al costado); con los ojos chinitos; camisa recién salida de la plancha, como quien va a una fiesta; con la correa de cuerina y sujetada a la cintura; y con una ingenuidad que se le notaba al entrar al salón. Aunque carecía de dinero para comprarse un buen uniforme, él trataba que se parezca a la mejor prenda que podía utilizar un escolar. En el salón lo mirábamos con extrañeza, pues los "limeñitos"somos los más alienados a la moda, y del que venga uno de la sierra de esa forma, era como desubicarnos y decir "éste está loco". Los chiquillos de ese 2003 recién empezaban a tener una visión de no autenticidad, porque lo que nos vendía y nos vende la televisión es eso: pura alienación.
El internet era una novedad para quienes deseábamos una computadora,y a pesar de que ya se había hecho patente en algunos distritos,en el nuestro era muy raro que alguien tenga una computadora con internet. Las cabinas recién se posicionaban en la periferia, y los que estaban se llenaban de chicos con cara de hipnotismo. En el año de 1999, la hora en una cabina de internet costaba 5 soles; algunas, 6; otras,7. Todo eso se transformó cuando se masificó, pero aún era difícil comprarse una. Lo explico así porque bordeaban los más de US$ 1500; o sea, en ese año, cada padre no ganaba más de los 1000 soles, o había quienes eran comerciantes, pero que no sabían que era un aporte importantísimo para sus hijos. Tuve la suerte de que mi padre conozca, a través de mis primos, el valor de una computadora para el futuro de nosotros. Eran tiempos donde se iniciaba una etapa.
Esa etapa en la que mi amistad con Quinto ya se desplomaba, donde acaecía todo lo que ambos compartimos, pues la pedantería ya se había combinado con la viveza criolla en un puber ingenuo y lleno de dudas. La tecnología entraba a nuestras vidas, la amistad se apartaba de la mía. Todo ocurrió con ese cambio del que anuncié en las primeras líneas. Terminado ese año no lo volví a ver, pues fue hasta el 2008 donde me lo encontré con un maletín de cuero (ya no la cuerina que siempre portaba). Es día de noviembre era el menos esperado; pues yo con 19 años y él con 22 no conspiramos coincidir en aquella entrada del mercado del distrito. Un abrazo y una pregunta fue todo lo que nos dimos.
Pero dentro de la pregunta nació otra pregunta, y me puse a recordar a esa otra persona que nos acompañó en aquellos años de bufaladas, de trabajos flojos, de lecturas a medias. ¿ Y como está ella?, una pregunta primeriza, que engloba en una sola columna una sensación a despiste y recuerdos apagados. A la que él me refería era a esa otra persona: una mujer de cabello no tan corto y pelo griseado. En el tiempo en que nuestra amistad llegaba a su punto más alto, se acercaba una mujer con la que hicimos un trio casi perfecto, pues la perfección no fue nunca de nuestra importancia, mas solo su valor como el argumento de nuestro prólogo.
Yicán es su apellido. Una mujer que tenía unos ojos casi de niña. Un cuerpo que era muy deseado por los precoces pubertos. Una sonrisa que no pasaba desapercibido. Una casi modelo morena de buen cuerpo. Los chiquillos, creo yo, siempre van a ser el reflejo del respeto de sus papás. Tenía compañeros muy irrespetuosos, esos que se escondían en el grupo para mandarte piropos extravagantes y mal intencionados. Creo que ahora se ha hecho una costumbre hablar de esa forma. Y no solamente en un grupo de chiquillos, sino que la idiotez varonil se presenta hasta en los más "preparados hombres"(no les digo profesionales, pues no se puede ser profesional con calaña de irrespetuoso). Casi siempre el morbo se ha respresentado en la curiosidad y sobrexageración adolescente y menos adolescente. El pandillaje es una buena excusa para decir que "nadie me comprende", que "nadie me quiere", y que por eso "busco más allá de mi familia". Digo que hay coherencia, pero también hay una falta de autenticidad, de predominar tu futuro, tu falta de visión ante el mundo. Y por ello, el agruparse en una esquina con una mototaxi, con altoparlantes, con la llamativa emulación a forma de animal, pues quizás hace que la falta de respeto se haga latente.
Una vez me dijeron que la familia es un núcleo que domina la sociedad. Pues bien, la falta de amor debe ser un enigma inexplicable;pues como deben decir los que estudian eso: "si no los formas, se deforman".
Yicán era una chica que formaba parte de esa deformación. Y aunque tenía un cuerpo asediado por esa forma casi perfecta, la deformación de su corazón y de su vida le hacían contracorriente. Sus padres eran separados. Tenía una vida de la que yo la llamo "vivir en la cuerda". Vivía con su mamá, y no sé si seguirá viviendo. Era una chica con sueños que difícilmente se podría creer que llegaría a cambiar. Estudió la primaria en un colegio particular: el mejor de todo el cono norte.
La conocí en mi etapa buena con Quinto. Fue la segunda en entrar al salón. Después de lo extraño que resultó ver al señor Chamorrro, ése fue como cambiar el cassette del lado B al lado A.
Nos hicimos amigos después de un tiempo. Con el pasar del tiempo, pusimos en la palestra una bitácora de todo lo que veníamos haciendo. Fue hermoso poder compartir momentos agradables con ella. Aún no se conocían (ella y Quinto), pero veía que podían converger muy bien. Decidí presentarlos, hacerlos compartir, al igual que compartía con ella, muchas cosas agradables. Nos abrumó el respeto, la no codicia de añorar la felicidad del otro. Quinto era muy repulsivo a veces; Yicán, una doncella de la santa paciencia. Yo era el menos interesado en cosas superfluas,pero no sabía aún que era lo superficial. Creía que nuestra amistad duraría toda la vida, toda una perpetuidad. Pero, a los casi 7 meses, ocurrió algo que nos alejó demasiado. Casi, casi puedo decir que nos catapultó en un viejo hoyo de nuestros pasado. Sus vidas eran difícil de entender, de comprender. Cada uno de nosotros venía con diferentes conflictos, y nos refugiábamos en nuestra cobacha amical.
Esos siete meses fueron los más perniciosos, pues se agrababa más el problema de Yicán. Quinto comenzaba a mostrar ese lado pedante que me mostró con el pasar de las semanas. Yo era un chico confiado, y creo que lo sigo siendo. No me imaginaba que ese año podría ser un año de cambio y de reflexión. Fue en ese entonces que pude sacar mis primeras ideas que estaban dormida por el somnífero educacional.
A Yicán le había engañado su novio; a Quinto le había poseído la avaricia. Yo no me explicaba por qué nuestra amistad se derrumbaba. No lo pude entender.
Casi al llegar el séptimo mes de amistad (era casi diciembre), esa dicho estado amical estaba completamente destruido. Habíamos peleado. Ya no hablaba con Quinto. Yicán estaba consumiendo dogras. No podíamos vernos. Nadie se enteró de nuestra separación. Éramos un grupo ejemplo: con calificaciones por sobre los demás y con una amistad a prueba de balas. Creo que no nos fijamos en los cañones.
Fue difícil separarnos, pero era lo mejor. Quinto y Yicán tuvieron un problema grande:la indeferencia de los padres y de la desahuciada problemática del cogito (ser). Ese año no terminó bien.Nuestras notas bajaron. Los profesores seguían siendo un palo de cojo en todo el sistema educacional (lo siguen siendo). La curiosidad de un puber se fue transformando en una necesidad de aprendizaje de un adolescente. Los años seguían y siguen pasando. Yo conseguí reflexionar más y conseguí, al terminar el colegio, pensar en ingresar a la universidad.
Después de esa subpregunta, lo único que se me viene a la mente es aquellos años que aprendí a experimentar en una perpetuidad mentirosa. De aquella manera que vemos a la amistad con cara de facilismo. Ser amigos no es fácil cuando dos niños miran en la ventana el horizonte desde una caja de dulces. Aquellos dulces que pasan con el pasar de los minutos. Y que ya no dejan más que ese sabor a necesidad, y de la que al no tener nada nos lleva a la depresión.
Aprendí mucho a compartir la amistad, y fue con una línea en ese epitáfio que puse en el aire una frase que me quedó para siempre:"yo no veo lo que tu ves en mí; yo no tengo una amistad como la tienes tú; yo no soy como crees tú; sólo búscame mi yo y te darás cuenta quién puedo ser"
hasta más vernos

sábado, 5 de septiembre de 2009

ES RADIO..TU RADIO

Solo para españoles.-

Perdonen la segmentación, pues este post está dirigido a los españoles.Vuelve una voz que se apagó hace unos meses de la COPE.Pero no se presenta solo;pues sí,señores,vuelve Federico Jiménez Losantos con un grupo de periodistas que se pronuncia con voz propia.No es un ensayo de Libertad Digital.No contruyen una radio con el fin amateur de brindarle a sus oyentes una novedad apagada.Es más que nada una garantía de palabra, y del cual Jiménez,César Vidal y Luis Herrero, quienes se despertarán con cada uno de los españoles para brindarles las opiniones certeras y humanamente objetivas. Este clip es una de las promociones;ya saben, este lunes todos los españoles a escuchar esRadio!!







miércoles, 2 de septiembre de 2009

¿Hablamos de reformas?

Muchas veces nos preguntamos (los peruanos) cuándo será el día que haya una reforma en el sistema. Algunos quizás más optimistas dirán:"no se trata de reformar sino de corregir los errores". Pues creo que ninguna de estas cosas van en el Perú. Hablamos de una reforma del sistema, de una reformulación de los filtros, y tratamos de darle una solución "viable" a lo que no resulta tan así. La primera reforma, y saliendo un poco del tema, que conocí fue la Gregoriana. Una particular mofa que le hago siempre a los del Opus Dei (muy amigos míos) de esa reforma, y sabiendo que le pusieron`Gregoriana´por el papa gregorio VII (así y en minúsculas), son sus objetivos.Ahora, esos objetivos me dan risa, y es que hubo uno que me causó más risa:lo que se prentendía en uno de esas epístolas sociales era la instauración de una vida conforme al envangelio.Claro, fueron otros tiempos, donde la mantenida y subyugadora iglesia católica era parte del carma de esa época.No pretendo extenderme en el tema de esta "reforma" porque creo que aún me guardaré un poco la tinta para echar fuerza a mis más humildes puntos de vistas eclesiásticos.
Hablo de esa reforma como una manera anecdótica, pues Hildebrando Aldobrandeschi (alias Gregorio), toscano de pura sangre, no es, quizás, de la persona que deba hablar mucho. Sus líos de nobleza no me llaman mucho la atención, pero quiero rescatar que fue un tipo subordinado a su "pincipios".Aparte, lo que escribiré hoy es más terrenal y no cucufaterías.
Pues hablamos de la reforma en el Perú-una de las más enredadas y mal conceptuadas que hay en estos tiempos-. Que pueda acordarme de cuándo fuimos organizados, pues sería como buscar en las páginas telefónicas de China. Somos un país mal estructurado, mal gestionados, mal preparados. Alguna vez se han preguntado¿por qué?... Creo que a pocos peruanos les puede preocupar eso; pues, y como sociedad, le encomendamos esa labor a los "representantes", a los más "preparados". Y no creo que sea fácil gestionar dentro del desorden. A manera de ejemplo podemos poner el sistema de salud, claro, porque la ineficiencia de unos pocos hace que la mayoría se convierta también en ineficiente por ese bloque caído de naipes.
Los seguros médicos del Perú son una mierda. Perdonen la vulgaridad, pero, en un país que vive de armar cuellos de botella, de internarse en un interés propio, no se le puede llamar de otra forma. Respeto a las personas que cumplen con su labor, y pongo en un altar por quienes tratan de hacer más de lo que llanamente tienen conciente. No crean que así como critico a la Iglesia Católica, no puedo rescatar a esos sacerdotes que hacen más que repartir pan y vino. Esos son lo que se ganaron un espacio dentro del ropero vacío de mis respetos.Pero, los polleduros de la bilis social no pueden tener respeto. Bueno, regresando al tema, los sistemas en el Perú no funcionan. No sé si podré ver en algún tiempo a uno que se amarre bien los pantalones para decir acá está mi plan que es a largo plazo. Ojalá y por ahí haya alguien para que se le pueda apoyar, pues no se trata de que nos traigan a un superhéroe. Esto no es ciudad gótica, porsiacaso.
Leía en Gestión a mi columna favorita:"Desayunando con Krugman", gran economista y premio nobel. Dentro de su artículo hablaba de una reforma en los seguros médicos estadounidenses. Sentí una gran nostalgia. No se trata de que solo los grandes países pueden hacer bien una reforma porque tienen los recursos suficientes. Es como si me dijeran que solo una mega empresa puede hacer responsabilidad social; de ninguna manera. Todos podemos hacer responsabilidad social con o sin dinero, solo es cuestión de gestionar.
Krugman señala que en EE.UU. los seguros de salud aumentaron sus primas de 1.5% del PBI en 1970 a 5.5% en el 2007. Yo me quedé lelo al ver tamaño avance. Aunque no lo crean, esa cifra es un gran logro, pero falta. Los `gringos´ ya están hablando de lo que va ser una gran reforma en su sistema de salud, acá no hacemos más que discutir idiotez y media. Claro!!... acá se discuten: temas personales, que tú no me caes, que yo soy de izquierda, que soy de derecha, que por qué tienes que estar en el twitter, que qué hacemos con con fulanito...etcétera,etcétera. Es nuestra realidad, no creo que seamos los únicos en la región. Ya tenemos a un bloque "socialista" que discuten de bobadas.





Los chilenos son discretos, pero también hablan cada cosa. Cuando hubo las reformas en el Perú en los 70', creí que solo me estaban contando un cuento vago. Velasco fue un gran reformista tirado en una cloaca. No sabía más que levantar la mano y saludar a la bandera. Eso es lo único que les enseñan a los militares: a "amar" a su patria, matar, joder a sus mujeres, a ser machistas, mujeriegos y pendejos. Menos mal que mi padre solo hizo sus dos añitos de servicio militar cuando estaba chiquillo, no me quiero imaginar cómo me hubiera formado.





Cuando se habla de reformar el sistema, pues también se debe hablar de reformar conciencias, actitudes, hábitos, costumbres, ideologías; o sea, no se puede pues. No seamos soñadores. Cuando tenemos encima a un peso vago en cultura y conciencia, no se puede hablar de reformar. Necesitamos una reinvención pero partiendo de las casas. Ataquen ahí, carajo. No me vengan lo "políticos" con que vamos a cambiar la cara al Perú. Primero cambiemos la cara a la educación, la desnutrición, a la maldita desigualdad que nos aqueja. Qué hacemos pensando solo en utopías maquilladas, no llegaremos a nada. Comencemos por los niños, ellos son la verdadera reforma. Ellos son los que nos va a dar ideas, pero podemos tratar de pensar en que nos den ideas y hechos si no se le da nutrición, papeo, educación de optima calidad, motivación a que en su patria se quieren hacer bien las cosas. Las utopías no se practican, mis extrañas autoridades.




Sé que no soy más que uno dentro de millones, pero viví y sé que es esa idiotez de no tener a quien te motive estar en el carrito para, conjuntamente, llevarlo a un desarrollo. ¿Nadie cree que el Perú puede ser un país desarrollado?... Entonces váyanse al carajo. Nosotros podemos reformar con nuestras propias actitudes este país, mi país. Podemos hacer muchas cosas, pero teniendo en cuenta que hay un piso donde debemos estar paraditos y activos.



No creamos más flujos, filtros, que solamente nos lleva a no creer más en nuestras autoriades; somos los que podemos hacer ese cambio, no es difícil, pero tampoco es fácil. Todo depende de cómo te las juegues. Miremos un poquito más arriba, no nos dejemos llevar por polleduros frustados de poder, adoptemos cosas que nos ayuden, no a que nos hagan renegar, ja


Hasta más vernos