9:02.Este el tiempo de inicio, pues tengo una hora para escribir, y todo esto parece una carrera atlética. Pero a diferencia de los muchos que escribimos en un blog, es común tomarse un tiempito para pensar en qué vamos a escribir. Utilizamos ese tiempito para verificar datos, si es que vamos a escribir sobre política, cultura, música, o si es que realmente deseamos escribir sin fijarnos en el tiempo.
Ayer recibía un correo, un vacío y casi incontemplable desdén de palabras sin sentidos. Pues en la líneas me sugerían que no escriba sobre los del Opus Dei. Y como ese correo, me han llegado muchos más, que para ser sincero, no les tomé ninguna importancia. A la hora de contestar el correo, pues le hago alusión de que aún no escribo sobre el Opus Dei. Sería absurdo no hablar de una de las sectas palidecientas (porque para mí representan eso) que se hacen cantinfloras de la banalidad. Y solo quedan colgadas en aquel soldado que intuye a la salvación como un practicante de fe.
Hablar del Opus Dei no es hablar de razón. No es siquiera la mínima parte del regocijante placer de escribir sobre una ejemplización de ser humano, con razón y sentimientos. El Opus Dei es una panacea utópica. Una tirria sombra de lúgubres santificados demonios. Una postulación de lo imperfecto. Una piña perdida en un desierto. Pero, a pesar de todo ello, los trato de entender.
Hace poco le comentaba a una compañera de mi salón, muy rápidamente, que había ido a reuniones de Opusianos. Le conté que estoy peleado con la Iglesia Católica, que me parece inconcebible que éstos se pongan sotanas para parecer monje, y que luego se coloquen cuernos y parezcan un belcebú. Es totalmente confuso. Pues respeto a todos los creyentes, a los ateos que no parezcan creer, a los musulmanes que jodan por que sí, a los judíos que siguen con mismo lamento. Y no me parece que todo eso lo lleven al mundo terrenal, a la razón. ¿Me entienden?
Sé que puedo resultar un fastidioso, un jodido, un muchacho lleno de amargura. Bien, no soy el más indicado para hablarles de lo que de por sí no tiene razón ni causa; pero saco del tintero una idea que me parece ultrarazonable: En el mundo puede haber algo más que creer, que practicar, que someter. Puede tener algo que nos haga sentir dentro de un lazo que no se vaya mucho a la estratósfera, que no sea descabellado.
No obstante ante lo dicho, respeto a los del Opus Dei, tengo amigos que pertencen a esa secta, tengo amigos judíos, como se lo comenté a mi china compañera, como se los comento a ustedes.
Me divierto mucho cuando hablo con un muchacho que se integra en la tertulia. Muy aparte de delimitar mi posición, me gusta más escucharlos. Y muchos me preguntan:¿Pero si tanto no compartes la misma idea, qué haces acudiendo a las reuniones?Bien, yo les respondo con una pregunta: ¿Acaso los grandes debates se realizan cuando todos tienen la misma posición, acaso se aprende menos ahí que en reuniones donde casi todos son de la misma idea? Pues siempre debemos involucrarnos con personas que no compartan del todo nuestra postura. En lo particular, a mí me encanta joder pero con una razón loable. No iré a las reuniones a interrumpir y decir esto no es así, sino que armo las minitertulias a las afueras, en un café.
Entonces, y como me quedan 15 minutos, pienso en que no debo ser flexible con temas acerca de lo que representa Dios. Pues Dios es un concepto, quizás, creado por el hombre. No soy ateo, pero pienso que debemos ser más consecuentes con nuestra realidad. Los del Opus Dei no lo son. Solo viven pensando en el paraíso, en "la fruta que nos mandó a la perdición", en la perfección, en el vino y en el pan, que dicho sea de paso, son muy fervientes con el vino (ja,ja,ja). Eso representa un poquito de lo que es el Opus Dei. He sido muy condecendiente al no hablar mucho mucho de lo que es la pepa opusiana;sin embargo, traté de retratar una tirita de este rosario de catetos.
No publicaré el texto que me mandaron porque no le veo mínima importancia, porque es simplemente basura. Aún sigo pensando que la Iglesia Católica es una mierda vestida de cordero, aún sigo pensando que el Opus Dei es una cantinflora de la "deidad", de lo divino. Es la cojonuda de los pensamientos, como también me resulta soportar a las milicias de Maoma o de cualquier puchechero que encuentre en los libros de "Religión".
Cinco minutos me separan de salir de este espacio, pero quiero aclararles la razón del porqué una hora. Simple, a los del Opus Dei no es les puede dar más tiempo, no! Ese es el motivo por el cual hablo en el límite. Claro, es una mofa con su ilimitado pensamiento paradisiaco, pues no le pensaba dar más tiempo a una "secterilla". Y cada vez que hable del Opus Dei utilizaré los mismo minutos. Bueno, se acabó el tiempo... Qué pena!
hasta más vernos
PD: Hoy leí un reportaje en El País sobre el doctor muerte; sí, aquel que mataba a sus pacientes con inyecciones al corazón. De eso hablaré en el próximo post. No recomendado para los del Opus Dei (ja,ja,ja,ja)
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