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miércoles, 26 de agosto de 2009

TU ENVIDIA...TAMBIÉN PUEDE SER TU PROGRESO

Debe ser molestoso aceptar que somos humanamente egoístas y socialmente envidiosos. No se me hace claro lo que realmente se hace bueno socialmente, pues debe ser que no me gusta conformarme con lo que dicen los demás, y trato de encontrar, muchas veces, esa quinta pata "absurda" que le falta al gato. Pero más absurdo es pensar en que nos tienen que limitar, así nos equivoquemos, en no buscar otras razones de las que solo se establezcan en cada una de las sociedades.

Ahora, vayamos primero por tener en claro lo que dice nuestro diccionario (que también es un acuerdo social de nuestra manera de hablar); en cada línea de cada definición puedo encontrar diferentes significados,quizás demasiado explícitos, pero que es lo más probable. Envidia en el diccionario suena como "la tristeza o pesar del bien ajeno y la emulación, deseo de algo que no se posee". Pues bien, la tristeza puede ser relativo a cada persona; un pesar del bien ajeno quizás,en un primer momento,sea la sensación de no tener lo que esa o esas personas tienen. Es un todo en lo que tan poco o nada percibes tangible, unas ganas a querer poseerlo, obtenerlo de alguna forma. Bien, ahora quiero plantear la idea de que la envidia regulada puede ser un motorcito para llevarnos a querer tener algo parecido o igual a la que los otros poseen. Al decir regulada, pues a lo único que me refiero es que usemos ese "mal social" para transformar en un esfuerzo, así lo consigamos en días , meses , años. En los griegos causó gran controversia el tema de la envidia, como también lo puede pasar cualquier grupo social. De manera que yo pongo una proposición y es de que los humanos practicamos la exageración que cualquier adjetivo social.Somos amantes de ser exagerados con los significados (muchas veces por causas naturales, otras por nuestro entorno). La envidia puede y es un ejemplo de ello...y por su significancia causa revuelo y genera discrepancias al no ser miembro del equipo pacífico de lo que realmente es hacerle el bien a la otra persona. Todo parte desde el principio de que somos personas,que merecemos regularnos sin usar la exageración. Pero ante este tema relevante, no podemos.

La envidia siempre será la manzana de la discordia, será uno de los temas a los que confrontemos, y de las que no quisiéramos ver en ninguna persona. Mentira, puras mentiras. Las personas,¿acaso no sentimos una sensación extraña cuando vemos que nuestro amigo se compró un Audi, o que viajará a Noruega para hacer un doctorado? Bueno,son diversos ejemplos (no todos coinciden) que nos demuestran que deseamos ir a Noruega a hacer esa tal maestría, que deseamos ese carro del año, porque simplemente carecemos, en ese instante, de tenerlo también.Simple.Los pragmáticos se estarán reprimiendo y tratarán de decir no a lo que digo, pues en su explicación minimalista de decir "todas las personas no somos iguales"tratarán de justificar esa reacción. Muchas veces lo práctico puede solucionarlos los problemas al instante, pero ahí también practicamos la exageración. Esas dos conjeturas (envidia-exageración) son las que se conectan cada vez que tenemos esa mala fe de las cosas que poseen lo otros. A esto se debe la falta de una regulación y de un ceguera que nos conduce a sentir una envidia profunda, que nos hace pensar (y hasta desear) "ojalá que le choquen el carro", "y si no le dan la visa para Noruega"; son esas pequeñitas cosas que nos hacen ver mal ante nuestra sociedad.Pero como dicen los entendidos:" no siempre la envidia del otro puede ser tu progreso".

Lo mismo pienso, y estoy convencido que puede ser un factor humano del que cada uno pueda regular.Es así porque no solamente trato de lanzar el cuestionadísimo accionar de una persona envidiosa.Pues bien, envidiamos todos,todos todos y todos. Seres pensantes, con sentimientos, rencillas, peleas, alegrías, tristezas, etc, pues lo tenemos.

A forma de concluir este post, porque la verdad quiero dormir pensando en que pude explicar algo de lo que cada uno tiene y que lo guarda sin saber que puede también hacernos bien. No siempre lo que nos diga las personas o tú sociedad va resultar bien. La envidia es un concepto social que nace en la sociedad, que nace con el dinero, que nace con la posesión de algún objeto, don,etc.Es simplemente ese sentimiento generado en la sociedad para las personas, pues como dijese Schopenhauer:"el hombre es un ser que nace puro en un entorno hedoriento y podrido".

Quiero dar el punto del ratio de este asunto:pues como lo eclesial siempre mete sus cosas bonitas y maquilladas, también trata de labrarnos el cerebro a punta de simbologías (que no me parece ni bien ni mal), pero que trata de lograr que el hombre se encamine por la sendas de lo correcto, ok; yo, que soy socialmente envidioso, que a través de esa envidia superar las barreras para poder conseguir ese algo que otros tienen (sean material o no), pues pienso que nuestros influyentes relegiosos nos apuntan con un arma mortífera y carcomida por sus malísimo ejemplos de envidia no regulada.

Sin hacer mucho hígado (sin molestarme,para los que no entienden mi jerga), pues creo que la idea ya está en el llano, ya quise compartir esto con ustedes, y lo hice... No siempre, como repito, debemos ver lo malo y lo bueno como nos lo hacen llegar; que pueden ser buenos algunas cosas pues sí, como también son malas tiñendose de buenas. Es como la Iglesia Católica: una mierda vestida de cordero; no hay más que decir de ese asunto... pienso en que todos aquellos maléficos envidiosos aún no consiguen revertir su asunto de manera inteligente y provechosa para ellos mismo.Traten de no exagerar demasiado.Tratémonos con respeto. No vociferemos siempre que envidiamos al otro, al contrario, reconozcamos esa envida, transformemos ese sentimiento en razón, en esfuerzo y en tenacidad para conseguir más de lo que otra persona pretende; claro, teniendo una meta segura y limpia.



Hasta más vernos

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